Ahora que pasaron los juegos olímpicos y que Colombia ha mostrado los grandes deportistas que tenemos. Muchos hablan al respecto… Y se escucha reiteradamente que muchos de ellos han sido de escasos recursos económicos y que gracias a que no lo han tenido todo, se la han luchado para llegar al punto donde están ahora.
Pero, sabes algo? Yo creo que no ha sido así. Ellos no han visto su escasez para superarse. Creo que es al contrario. Ellos han visto su grandeza, su abundancia, su valor interior. Definitivamente no han sido las circunstancias lo que han marcado su éxito. Si fuera de esta manera todas las personas con escasos recursos se superarían, impulsados por la necesidad de conseguir lo que no tienen. Y todas las personas con suficientes recursos terminarían siendo fracasados porque no necesitaban nada más. Y aunque en la vida nos encontramos de todo un poquito. Creo firmemente que aquellos que viven conforme a su propósito, a sus sueños, se han enfocado en la abundancia que tienen.
Estos deportistas cuando fueron niños debían entrenar en canchas o espacios improvisados, armar sus implementos de entrenamiento con lo que tuvieran a su alcance. Pero no se quedaron quejándose de la mala suerte que tenían, o de la pobreza, o preguntándose repetidamente porque les tocó eso a ellos? Por qué no tendrían ni siquiera para entrenar en un lugar más propicio? Te puedo asegurar que lo disfrutaron, que cada mañana se levantaban orgullosos y disciplinadamente para ir a su entrenamiento, con toda la voluntad y el optimismo. Algunos de ellos solo contaban con el amor y el apoyo de su familia y eso fue más grande e importante en su mente que aquello que les hacía falta.
Hoy te invito a que revises ¿cuál es la abundancia en tu vida que estas dejando de ver? En donde estas enfocando tu mente?: En lo que te falta o en aquello que afortunadamente te sobra?
Algunos se preguntan constantemente: Por qué me tocó esto a mí? Porque soy así y no soy diferente? Más inteligente? Más capaz? Más suertudo? Con más dinero? Estas preguntas o este dialogo constante lo único que genera es perturbación y ruido mental.
Y cuando estamos en ese estado todo es confuso es como si camináramos en un espacio lleno de obstáculos con los ojos vendados. Seguramente llegaremos al punto de llegada, pero antes de eso nos habremos tropezado, nos habremos caído, y habremos pagado hasta con sangre un precio mucho más alto. Pero si camináramos en ese espacio sin la venda. Comprendiendo que seguramente los obstáculos siguen allí, pero como los veo con claridad sabré que hacer con ellos, los acepto y sigo adelante en dirección hacia donde quiero llegar.
Cuando reconocemos nuestra propia abundancia nos sentimos fortalecidos, empoderados y miramos un futuro de manera optimista, de hecho nos gozamos el presente.
La primera riqueza con la que contamos somos nosotros mismos. Recuerda siempre la gran perfección que eres. Tu corazón está funcionando desde pocas semanas de tu concepción y lo hará hasta el día de tu muerte. No para y lo hace con una infinita perfección, así como todos tus órganos, tus sistemas y tu cuerpo.
Segundo, la capacidad de creación que tienes es infinita, solo recuerda cuantas veces lograste solucionar problemas con aquella idea creativa que se te ocurrió y que te ayudo a superar algo que te estaba inquietando.
Ni que decir de la manera cómo has sacado la cabeza cuando parecía todo perdido y saliste de situaciones difíciles, de hecho si fue necesario te reinventaste y seguiste adelante. La tercera, entonces es la gran capacidad de superación y resiliencia que tienes.
Y finalmente, y digo finalmente porque esto tan solo es un artículo, pero la cuenta podría ser infinita y ya te queda a ti seguir con tu propia lista. La posibilidad de reencontrarnos con nosotros mismos desde el silencio reflexivo, en ese espacio donde somos una fuente de respuestas inagotables.
Ahora te pido que sigas tu lista de abundancia… ¿Cuál es esa abundancia en tu vida que estás dejando de ver? Tus capacidades, tu familia, el amor, la bondad, todo aquello que nos rodea, tu alegría, la naturaleza, el apoyo de tus seres queridos, etc.
Y hoy te invito a vivir desde allí, desde la gratitud de ser TU. Libre de autoreproches, de cuestionamientos inoficiosos, de conversaciones negativas sobre ti mismo. Quitándote la venda de los ojos, viendo los obstáculos seguramente, pero ahora con mayor nitidez y claridad interior.
Me encantaría saber que pasa en tu día, si lo haces. Estaré atenta si me lo quieres compartir.
Deseo para ti que disfrutes de tus abundantes bendiciones!
Marie Isabel Pantoja Aguilera
Psicóloga, Coach y Consultora en Gestión Humana