Hace poco me dirigía a un almacén reconocido de la ciudad, y mientras esperaba observaba como los vendedores atendían a sus clientes, con algo de tiranía, sus rostros eran rígidos, sin esbozo de sonrisa. Cuando me tocó el turno no fue la excepción, de manera brusca, sin intentar crear una relación conmigo y comprender lo que necesitaba fui “atendida”. Me preguntaba que había detrás de esas caras aburridas y robóticas.
Tal vez sus grandes gerentes estarían en junta buscando estrategias para incrementar sus ventas, aumentar su rentabilidad y obtener los mejores resultados. Cuando en realidad quienes están dando la cara al cliente se encuentran desatendidos, insatisfechos y desmotivados. Y por supuesto perdiendo oportunidades, por mí parte ahora busco otros almacenes donde me sienta a gusto.
Y sé que esto en vez de ser esporádico, al contrario son hechos frecuentes. He tenido la oportunidad de estar del otro lado y escuchar de primera mano el sentir y el pensar de los colaboradores a través de las mediciones de clima organizacional. A diferencia de lo que muchos directivos creen respecto a las grandes inversiones que hay que realizar para incrementar la satisfacción de sus empleados, existe una que se ha convertido en un común denominador y está relacionada con el liderazgo.
La forma como perciben el liderazgo los colaboradores, es una de las variables que mayor impacto genera en la motivación de los colaboradores. Inequidades, falta de apoyo, malos tratos, falta de reconocimiento, abusos o negligencia son algunas de los causantes de la insatisfacción laboral, en la mayoría de ocasiones por encima del salario.Este efecto se multiplica en cascada, hasta llegar a ser percibido por el cliente, deseoso de recibir la mejor atención.
Así que, si en su organización hay caras largas, colaboradores “rebeldes”, falta de resultados, ineficiencia, antes de empezar a despedirlos, revise como está ejerciendo su liderazgo, realmente ¿está inspirando a su equipo? o ¿solo lo ven como la figura de jefe a la que hay que obedecer porque “él que manda manda aunque mande mal”?.
Estas cinco preguntas le pueden ayudar a revisar cómo está ejerciendo su liderazgo:
Retroalimenta y reconoce el desempeño de su equipo de trabajo?
Tiene en cuenta las opiniones de quienes trabajan con usted?
Su equipo se muestra eficiente y motivado?
Le comentan abiertamente sobre los errores que cometen?
Su equipo de trabajo se compromete en cuerpo y alma con los objetivos de la organización?
Si contestó afirmativamente, felicitaciones va por muy buen camino y su esfuerzo seguirá dando muchos frutos.
De lo contrario, ponga un alerta, no se angustie pero tome acción inmediata. El foco puede ser usted, garantice una buena plataforma para que su equipo pueda dar lo mejor, primero prepárese para ello y en un corto plazo verá los resultados.
Marie Isabel Pantoja Aguilera
Psicóloga y Coach