Pareciera estar todo en caos, las manos en la cabeza y en su expresión un gesto de desagrado y a la vez de desilusión. Alrededor todos corren, se siente un ambiente tenso, las impresoras a todo dar y el tecleo continuo de los computadores… No es una escena de drama y suspenso. Es el día a día de algunas empresas.
El gerente es su protagonista y en medio del caos se hace más difícil encontrar la salida, pero al parecer no lo sabe, lo habitual en un mundo competitivo es estresarnos hasta agotar todas las acciones que puedan remediar la situación. Pedimos rendimiento a los colaboradores, iniciativa y creatividad, pero en muchos casos las jefaturas no están preparadas para eso. Se angustian, se estresan y coartan los indicios de participación de quienes están a su cargo.
Tenemos la ilusión de que a mayor estrés mayor productividad. Sin embargo, la mente humana funciona diferente al afanado sistema y esto es algo que los líderes con una nueva mirada han tenido que ir comprendiendo. El colaborador que es un ser humano quien ocupa un cargo en las áreas de finanzas, en las ventas, en mercadeo, producción, calidad o cualquier otra área, tiene una misma base en su forma de experimentar la vida misma. Cuando ese colaborador que al parecer no “da pie con bola” se encuentra en un ambiente propicio para expresarse, participar en las soluciones e incluso equivocarse, será mucho más fácil que asuma la responsabilidad de sus actos, que asuma los retos de su cargo con mayor entereza y que se comprometa con el cumplimiento de las metas. Cuando se siente atacado el ser humano naturalmente entrará en defensa, de manera reactiva. Se enganchará con pensamientos de desolación y desmotivación y allí será muy difícil que aporte. Lastimosamente cuando la mente está tratando de resolver sus propios problemas como por ejemplo como me defiendo, como esquivo, como me zafo de la responsabilidad, como quedo bien ante el jefe se desenfoca del verdadero objetivo. Puedo ver en algunas empresas las horas que se pierden por enredos que se crean en la mentalidad individual y colectiva. Y líderes más preocupados por quedar bien ante la junta o una gerencia que de verdad explorar genuinamente en cómo transformar y gestionar el talento de su equipo. Por ello, si en tu empresa están pasando por algo similar, tómate un tiempo para reflexionar sobre que tanto las personas tienen el espacio para ser humanos, para cocrear y recrear. Claro, esto será posible si tú también te bajas del tren y empiezas a cuestionar muchos de los paradigmas del alto desempeño. Si estás dispuesto a hacer importantes transformaciones en tu compañía, llámanos ahora mismo. Marie Isabel Pantoja Aguilera Psicóloga, Consultora y Coach